El muchacho cavó toda la noche en el lugar marcado sin encontrar nada. Desde lo alto de las Piramides, los siglos lo contemplaban en silencio. Pero el muchacho no desistia: cavaba y cavaba, luchando contra el viento, que muchas veces volvia a echar la arena en el agujero. Sus manos, cansadas, terminaron lastimadas, pero el muchacho seguia tendiendo fe en su corazón.
El Alquimista- Paulo Coelho.
Donde este tu tesoro, alli estará tambien tu corazón, le habia dicho el Alquimista.