Indiferencia, desilusión,
expectativas quebradas,
y una conciencia impaciente
que aun busca algún aliciente para aliviar el dolor.
Un rostro entristecido emerge de la multitud
sufriendo porque se sobreseyó aquel pedido
que persiste en el fondo de su corazón,
y que en busca de algún sentido
sigue padeciendo el estigma del olvido.
La injusticia se vuelve turbia
en un mar de angustia de cuyas aguas la esperanza quiere emigrar
para nadar a un sitio seguro donde el amor y la paz se aúnen
tal que ninguna ola pedestre pueda derribar,
aquellos sueños soñados, aquellos objetivos mentados.
Las horas contando y él allí esperando que el tiempo no pase,
que el tic tac no descuide que en su corazón la lucha sigue,
que su esperanza no se tiñe de negro,
pues más verde que el mismo cedro viviendo está.
Un tropezón no es caida, dicen por ahí
y con cuanta razon de mi vida esto aprendi,
pues de enumerar las veces de mis caidas,
del conteo ya me perdi;
mas el esfuerzo es mi bandera y de la constancia he de vivir.
Y se dijo a si mismo: sueño, luego existo,
Vivo y sueño sin permiso
Persisto y nadie me empuja hacia el abismo.
Y que me importa si alguien me quiere deprimido,
o si la indiferencia pretende desviar este objetivo;
Porque soñador he nacido y viviendo seguiré soñando.
Y agregó: hoy sueño y creo, mañana persisto,
pasado insisto, y vuelvo a soñar
pues yo jamas olvido
que la esperanza de un día mejor nunca se habrá perdido
hasta que baje los brazos y permita que alguien ajeno decida mi
destino.
Tema cabecera de mi existencia.