Suspiros




Ella lo mira, el la mira, 
suspira, exhala y vuelve a respirar,
se siente una tonta anhelando algo imposible que solo la invita a soñar,
a sentirse que es poco o nada ante tanta dulzura que irradia aquella figura al caminar.

Se siente observada y se inquieta por saber
si aquellos ojos son de la única persona que espera ver 
o quizá son puros inventos que su corazón le hizo creer
o si es una novela en la cual ella no quiere aparecer.


Ella lo mira, lo admira,
pero disimula perfectamente 
haciéndose la dura, la fuerte, la desinteresada
para que ninguna sospecha latente delate con suerte 
aquellos pensamientos de su mente.

Lo mira, suspira, exhala y vuelve a respirar.
De lejos lo admira a escondidas
resignandose a que nunca lo podrá alcanzar
pues por mas que lo piense dos veces, sabe que es en vano intentar.

Lo sueña, lo recuerda, suspira, exhala y vuelve a respirar.
Divaga en pensamientos utópicos 
con la idea de que al menos ficticiamente
sus anhelos podrán hacerse realidad.

Lo mira, lo observa, suspira, exhala y vuelve a respirar;
siente que su corazón esta por explotar
pero una coraza dura y pura
le impide mostrar su yo con soltura.

Sus ojos ven manchas blancas y distorsiones por doquier,
la imperfección no es un pecado,
pero a ella se le hace difícil comprender
que no todo es belleza y que algún día la princesa que fue, volverá a renacer.

Se siente triste y no quiere reconocer
que es una locura vivir bajo una mascara
que censura su verdadero ser, 
sus sentimientos mas profundos, 
su deseo de aprender a querer.

Lo mira, lo observa, lo admira,
sueña, se enoja, se resigna,
vuela, se imagina, llora,
suspira, exhala y vuelve a respirar.